miércoles, 22 de septiembre de 2010

A class divided

El impacto que causan los vídeos es realmente sorprendente, la discriminación fomentada en un entorno educativo no es una noticia nueva o ajena a nuestro país. Aunque mucho se habla de que en México la discriminación es clasista en lugar de ser racista, no es que excluya la segunda, sino que se da en menor medida, sin embargo, cualquier tipo de discriminación existente es discriminación, valga la redundancia. Un maestro en nuestro país y en muchos otros, es mas que una figura de autoridad, es un líder para los niños. 

Me impresiono mucho debido a que con quienes trabaja este programa educativo son niños en pleno proceso de aprendizaje, y el proceso de aprendizaje implica la generación de una cultura. Una cultura en la que se enseñara a no discriminar seria ideal, pero al ser ideal se convierte en utopía, ya que los seres humanos tendemos a clasificar (raza, clase, sexo, calificaciones, complexión, etc.). El escenario de niños escolares es el enfrentamiento mas grande que tenemos hacia la discriminación, en cierto sentido sabemos que los niños no tienen el sentido del contrato social, sino que lejos de ellos, son clasificados como crueles al resaltar en otro las características que para ellos no son aceptables. 

Al entablar juicios de valor estos solo pueden ser generados por los niveles mas profundos de la cultura que Shein nos señala. Al estar emitiendo juicios estos son dados por el mismo nivel de cultura que a mi me rodea. Yo crecí en una cultura multiracial y sin embargo no estamos libres de emitir prejuicios, o ser el objeto de ellos. En mi estado de origen, es conocido por ser muy tradicionalista y al decir esto, se refieren a una cultura conservadora, pero mas que conservadora, se hace referencia con ello al machismo. Temas como violencia de genero, desigualdad de oportunidades, etc. son comunes, todos lo vivimos. 

Una experiencia que pudiera compartir en la que haya sido victima de mis prejuicios, me ocurrió cuando laboraba  en una conocida empresa nacional, con giro educativo, en la cual todos sabían que yo jugaba fútbol y que tenia varios clubes en donde me desempeñaba; un día una maestra no tan joven, alrededor de los 35 años, de complexión gruesa y estatura baja se acerco a mi para solicitarme si podía integrarse en alguno de los equipos porque le gustaba jugar, mi primer pensamiento fue que no aguantaría el ritmo de un partido de fútbol, que se cansaría rápidamente y no tendría la habilidad suficiente como para tener un buen desempeño en el campo, así que le asigne lugar en el equipo que jugaba en la mas baja categoría que tenia, cuando se presento el primer partido no le asigne lugar en la alineación inicial ya que no quería arriesgar el resultado, pensé que si llevábamos una ventaja amplia podría integrarla, pero eso no sucedió en ese partido, y como la política del equipo era que todas tenían que jugar, la metí para el 2do tiempo. La actuación de la maestra fue sorprendente, yo no podría creer la habilidad que tenía, e inclusive nos vimos beneficiadas pues logramos tener un marcador amplio para el final del partido, aun mas sorprendente es que esta maestra corrió por todo el campo sin mostrar casi nunca el agotamiento, fue entonces que me di cuenta que los juicios que me había formulado acerca de como sería su desempeño eran completamente erróneos, y que siempre no debemos dejarnos guiar por las apariencias, puesto que no son objetivas y la única forma de demostrar que una persona es apta para algún trabajo (cualquiera que sea la naturaleza de este) es poniendo a prueba su ejecución.

Así podemos contar miles de historias, en las que nuestros prejuicios sean erróneos, sin embargo al no verbalizar el prejuicio no influyo mucho en la acción, aunque pudiera haber alterado la percepción por la predisposición que llevaba. Si en cambio lo hubiera verbalizado como en muchas ocasiones sucede en cualquier contexto a cualquier personal,  tal vez si hubiera influido en la ejecución, por ejemplo, en los vídeos la maestra, por poner un ejemplo, dice que los niños de ojos azules son mejores que los de ojos cafés (aunque después invierte papeles y juega con ello), en este sentido pudiera haber predeterminado un comportamiento diferente, puesto que los de ojos azules sentirían mayor confianza para participar por ejemplo, puesto que ellos se saben inteligentes, los de ojos cafés harían un gran esfuerzo si quisieran cambiar esto, aunque en realidad no fuera cierto ninguna premisa. Esto se a visto reflejado en muchos experimentos psicológicos, los cuales adquieren diversos nombres: reforzadores, introyecciones, etc. dependiendo del enfoque y la forma en como sean analizados. 

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